Preguntas de los padres sobre la lectura infantil (con su solución)

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“¿De verdad es tan difícil aprender a leer?” “¿Qué hacemos si el niño se desanima?” “¿Cuánto tiempo hay que dedicar a la lectura?” “¿Leer en una pantalla es leer de verdad?”… La redacción de la revista Mis primeros Leoleo recibe muchas preguntas de padres de aprendices de lector. Hemos seleccionado unas cuantas para ayudaros a acompañar tranquilamente a vuestro hijo en el camino de la lectura.

¿Leer en una pantalla es leer de verdad?

Pregunta de Maguy, de 39 años, madre de Clément, que pronto cumplirá 8 años.

Es verdad que la lectura en una pantalla es una experiencia sensorial diferente de la de un libro o de cualquier otro soporte en papel. Aunque solo sea por la postura frente a la pantalla del ordenador o de la tableta. Por otro lado, un texto impreso en papel es por definición fijo. En cambio, el texto de un documento electrónico es dinámico, puede desplazarse por la pantalla a voluntad. Ahora bien, una fase esencial de la lectura consiste en memorizar la posición de las palabras importantes en el texto. Un estudio ha demostrado que frente a un contenido multimedia, la velocidad de lectura desciende un 25%. Por eso no puedes esperar que tu hijo tenga el mismo rendimiento de lectura ante una pantalla, aunque no por ello haya que privarle de un juego educativo que le encanta.

¿Cuánto tiempo hay que dedicar a la lectura?

Pregunta de Igor, de 32 años, padre de Bertille, de 7 años.

Lo primero es respetar las instrucciones del maestro o la maestra. Si el niño quiere leer 10 minutos por la noche, no le dobles la dosis. No intentes anticiparte, eso podría desorganizar la metodología del docente. Presta atención a la sensibilidad de Bertille. Si pide más, retrocede un poco en su método de lectura y vuelve sobre lo que ya ha leído. Puedes leer un texto a dos o, a partir de un sonido estudiado, buscar palabras con ese sonido. Luego pídele que las escriba y corrígele la ortografía. Porque cuanto más variado es el vocabulario de un niño, mejor lector es.

¿Durante el verano hay que forzar a los niños a leer?

Pregunta de Jacqueline, de 65 años, abuela de Lisa, de 7.

¡De ningún modo! Sería contraproducente. Cada cual tiene su trabajo: el de los docentes es enseñar a leer a tu nieta. El tuyo es transmitir, en la medida de lo posible, tu placer por la lectura. Para ello, te sugerimos dos ideas de “desafíos lectores” que puedes proponer a Lisa de modo más o menos directo, según sus deseos.

Idea n.º1: durante el desayuno Coloca un paquete de cereales entre las dos y proponle hacer “una carrera” a ver quién lee más rápido. Atención: ¡no hay la misma cantidad de texto en los dos lados de la caja! Al terminar, dad la vuelta al paquete y comprobad si la otra ha leído todo bien.

Idea n.º2: en el coche “¿Por qué no sustituyes a la señora del GPS?” Pídele que lea los letreros de la carretera. Complica el reto animándola a modificar los nombres de las localidades que atravesáis de forma divertida.

A mi hija le cuesta leer y se desanima, ¿es normal?

Pregunta de Pierre, de 40 años, padre de Lucille, de 8.

Aprender a leer es un proceso largo y difícil para la mayoría de los niños. Requiere tiempo, paciencia y una buena condición física. Conviene acudir al pediatra para descartar un posible problema de vista o de oído. Es importante que tu hija tenga un estilo de vida saludable, que duerma lo suficiente y que descanse bien. Sé estricto con el uso de las pantallas (juegos electrónicos, tableta, televisión…), procura que la niña pase el menor tiempo posible delante de ellas, sobre todo después del colegio. Recuerda que de niño también tuviste las mismas dificultades que ella. Díselo para que se sienta más tranquila. Y proponle pequeños retos, fáciles de superar, para que vaya cogiendo confianza en sus capacidades: “Yo leo un capítulo y tú lees la última frase”.

¿Qué conviene que lea mi hijo?

Pregunta de Ophelie, de 38 años, madre de Donald, de 6.

Todo vale, si al niño le gusta. Es verdad que no se obtienen los mismos beneficios de la lectura de un texto de ficción, que lo transporta a mundos imaginarios, que de la lectura más utilitaria de un libro de divulgación. La lectura de un cómic suele considerarse una actividad fácil, pero no lo es, porque obliga a ir i venir del texto a la imagen y de la imagen al texto y eso requiere ya un cierto dominio. En cuanto a la lectura de revistas, suele ser sinónimo de textos más fraccionados, pero también de interactividad, de una invitación a que el niño juegue y dibuje. Lo esencial durante este periodo de aprendizaje es que tu hijo disfrute descifrando todo tipo de textos.

¿Es verdad que para Navidad ya hay que haber aprendido a leer?

Pregunta de Mathias, de 40 años, padre de Clara, de 7 años.

Decimos que un niño “sabe” leer cuando asocia de forma automática el descifrado de las palabras y su comprensión. Si hojeas el manual de lectura de tu hijo verás que en Navidad ya sabe descifrar un determinado número de fonemas, empezando por los más sencillos. Pero como en cualquier aprendizaje, hay “liebres” y “tortugas”. Las liebres son los niños más resueltos que se interesan por el texto escrito desde la Escuela Infantil, conocen el alfabeto y comprenden el acto de leer. Eso es fácil que ocurra en 1.º de Primaria. Como el aprendizaje no está preprogramado en el cerebro del niño, al contrario de lo que ocurre con la marcha y la palabra, tu aprendiz de lector necesita toda tu confianza y apoyo para progresar sonido a sonido y palabra a palabra.

Por la tarde no le apetece trabajar y le cuesta concentrarse, ¿qué puedo hacer?

Pregunta de Mathilde, de 35 años, madre de Jonathan, de 7 años y medio

Tu hijo trabaja mucho y duro en el colegio. Así que por la tarde, después del ratito de lectura aconsejado por el docente, no hay que añadir nada más. En cambio puedes improvisar juegos en torno a la lectura: descifrar una receta de cocina o la caja de cereales, escribir una postal a la abuela, jugar a un juego de letras… Y no olvides dejarle tiempo libre para que haga lo que quiera, aunque lo pase sin hacer nada, o echado en la cama, soñando. Ese tiempo “vacío” es una válvula imprescindible de su cerebro para grabar y clasificar lo que ha aprendido. Pero, atención, el tiempo que pasa delante de una pantalla no es un tiempo “vacío”.

¿Hay un buen método de lectura?

Pregunta de Romain, de 31 años, padre de Lila, de 7.

No, hay varios. Con frecuencia, los docentes combinan varios métodos para estimular tanto a los niños visuales (que retienen primero la grafía), como a los auditivos (que necesitan el sonido de la palabra) y a los kinestésicos (que necesitan tocar o utilizar el cuerpo). En todo caso, el que utilizaste para aprender a leer –y que tal vez hayas encontrar reeditado– no es mejor que el escogido por el colegio de tu hijo. Seguramente es peor, porque los manuales actuales tienen en cuenta los últimos avances en neurociencia. Confía en el docente; tu hijo se apoyará en él para aprender a leer: tiene la formación adecuada para ello y está al corriente de las nuevas herramientas a su disposición.

No soy muy lector, ¿eso puede influir o incluso “penalizar” a mi hija?

Pregunta de Norbert, de 30 años, padre de Lila, de 7 años.

¡No te sientas culpable si no lees mucho! En realidad, ¿qué consideras “no leer”? Nos pasamos el día leyendo, incluido en internet. Lo que cuenta para tu hija es que valores sus progresos y que tenga un contacto regular con los libros. Acompáñala a la biblioteca de tu barrio. Deja que escoja lo que más le atraiga. Y aprovecha para darte una vuelta por las estanterías: seguro que disfrutas al reconocer lecturas que marcaron tu infancia. Sentaos juntos en los grandes cojines que hay a vuestra disposición y compartid la selección de lecturas que habéis hecho.

¿Podemos seguir leyendo cuentos a nuestros hijos?

Pregunta de Clément, de 39 años, padre de Julia, de 9 y Naïm, de 7 y 1/2.

¡Por supuesto! Es incluso recomendable. Primero porque el niño que empieza la Primaria tiene las mismas necesidades de contacto con sus padres que cuando estaba en la Escuela Infantil. En segundo lugar, porque la lectura en voz alta, mano a mano, permite entrar más fácilmente en otros mundos imaginarios. Y, por último, porque la lectura mediatizada, explicada por el adulto, le permite acceder a textos que todavía son demasiado complicados para que pueda leerlos solo o sola. Todo el tiempo compartido alrededor de la lectura es el apoyo más eficaz que vuestros hijos puedan soñar. Y puede prolongarse mucho más allá de primero de Primaria, de modo que lo dicho es válido tanto para Julia como para Naïm.

¿Cómo puedo averiguar si mi hija sabe leer de verdad?

Olivier, de 40 años, padre de Mathias, de 8.

La mejor manera de comprobar si un niño sabe leer es pedirle que te cuente lo que ha leído. Cuando resuma verbalmente un texto escrito, utilizando sinónimos, sabrás lo que ha entendido y retenido. Básate en lo que le funcione mejor: para algunos es la lectura lineal; otros prefieren una lectura más fragmentada, como los textos de divulgación en los que el significado es más evidente. Cada cual tiene su estrategia de lectura aplicada el tipo de texto: una receta de cocina, una historia imaginaria, unas instrucciones de bricolaje… Seguramente verás que tu hijo necesita pasar por la etapa de la lectura en voz alta durante un cierto tiempo. No te preocupes: ya sabemos leer antes de saber “leer dentro de la cabeza”.

¿Por qué mi hijo vocaliza con dificultad? El resto de los niños ya lee muy bien.

Pregunta de Patrice, de 38 años, padre de Balthazar, de 7 años y medio.

Si tu hijo ha asimilado el principio básico de la lectura, que es que a una letra le corresponde un sonido y no otro, dale tiempo para que retenga los sonidos nuevos, compuestos por una combinación de varias letras, como “gue” o “tra”. Sobre todo si le gusta el colegio, si muestra ilusión por los nuevos aprendizajes y si habla bien. Léele cuentos en voz alta, animándole a descifrar después palabras sencillas que estén a su alcance. Habla mucho con él (por ejemplo sobre un documental de animales, sobre los castillos, etc.) para que utilice el vocabulario. No olvides nunca que cada niño avanza a su ritmo y que compararlos no hace más que entorpecer el camino. Los niños tienen hasta final de primero de Primaria para dominar la lectura.

¿Es obligatorio leer ficción?

Pregunta de Françoise, de 40 años, madre de Réjane y Ludovic, de 7 años.

Leer una novela, una historia ficticia, es una experiencia extraordinaria: es el descubrimiento de un imaginario diferente del suyo, de nuevos pensamientos, de sensaciones inesperadas… Y, claro, eso hace que el niño viva una experiencia inédita. Sería una lástima no fomentar en tus gemelos su capacidad natural para abrirse a otros mundos. Ofréceles nuevas lecturas de forma regular, pero sin forzarlos. Ofréceles un libro por su cumpleaños, como regalo sorpresa o escogiéndolo con ellos. Cuanto más valores la lectura de ficción, más fácil será que tus hijos escojan de forma espontánea un libro para distraerse en lugar de un juguete electrónico.

¡Solo lee cómics! ¿Es grave, doctor?

Pregunta de Catherine, de 35 años, madre de Aurèle de 7 años y ½.

La lectura de cómics suele considerarse una actividad de ocio y distracción. Por eso se valora menos. Sin embargo, esa lectura requiere habilidades importantes: la comprensión de la historia pasa por el diálogo obligatorio y permanente entre el texto (dentro de los bocadillos) y la imagen. Sin esta participación activa, el lector perdería el hilo. Así que no te asustes. Es posible que a tu hijo le intimiden el texto corrido, sin imágenes. Proponle la lectura de obras “puente”, como novelas gráficas o álbumes ilustrados para que se deslice suavemente hacia una lectura más lineal.

¿Tan difícil es aprender a leer?

Pregunta de Alex, de 36 años, padre de Lisa, de 8.

Leer es una actividad mental muy compleja porque obliga a hacer al mismo tiempo dos operaciones distintas: adquirir un código para descifrar el texto y darle sentido. El niño va a aprender a navegar permanentemente entre la decodificación y la comprensión gracias a la localización de pistas de todo tipo: la forma y el orden de las letras, la puntuación… Se necesita tiempo para integrar que B+A = BA. Cuando aprenden a leer, algunos niños intentan adivinar las palabras para ganar tiempo y no tienen en cuenta todas las pistas que les permitirían leer realmente. Dirán, por ejemplo, “árbol” en lugar de “manzano”. Ahora bien, el acto de leer no solo consiste en atribuir un sentido a una palabra, sino en respetar la palabra exacta escogida por el autor del texto. Leer es una escuela de paciencia…

Respuestas de Delphine Saulière, redactora jefa de las revistas Mes premiers J’aime lire, J’aime lire, J’aime lire Max y Je Bouquine.

La revista Mis primeros Leoleo acompaña el aprendizaje de la lectura

Mis primeros Leoleo es una revista concebida por el equipo de Leoleo y está especialmente destinada a los alumnos de primero de Primaria. Acompaña a los niños en el aprendizaje de la lectura a través de:

• Una historia corta de 10 páginas muy simple que se presta a una lectura a dos voces con alguien mayor.

• Un cuento de 22 páginas con un vocabulario y una sintaxis especialmente pensados para los lectores debutantes.

• Cómics de verdad, para marcar el paso al mundo de los niños mayores.

• Juegos para localizar, dibujar, escribir y observar.

• Un diccionario que recoge las palabras más difíciles del número para aclarar su significado.

• Y una doble página de poesía, porque sin poesía, ¡la vida es menos bonita!