¡Vamos, rápido, Mamá Noel!

Begoña Ibarrola

ACTIVIDADES PARA DESARROLLAR LA GESTIÓN EMOCIONAL A PARTIR DEL CUENTO, POR BEGOÑA IBARROLA

A continuación, os ofrecemos comentarios y pautas de nuestra experta. También preguntas y propuestas concretas para que las pongáis en práctica con vuestros hijos o en clase. Podéis utilizarlas todas o solo las que creáis conveniente, o adaptarlas con flexibilidad. No hay fórmulas totales.

Identificar, nombrar y explicar las emociones que sienten los personajes del cuento ayuda a desarrollar una competencia emocional básica, la CONCIENCIA EMOCIONAL. En el cuento… Celia se siente disgustada porque se le ha roto su escoba. Agripina se siente muy orgullosa de su escoba. Celia se enfada al ver que Agripina es una fanfarrona. Celia está furiosa cuando se da cuenta de que Agripina ha hecho trampa. Celia está aterrorizada porque el dragón la ha atrapado. El dragón está furioso porque Celia le ha golpeado con la escoba. Agripina no sale de su asombro al ver que Celia la adelanta justo cuando está llegando a la meta. Celia se pone muy contenta al ganar y recibir de Edgar no solo la copa, sino también un beso. Hablad con los niños sobre estas emociones.

  • Al principio de la historia, Celia se siente enfadada porque se le ha roto su escoba. ¿En qué otro momento se enfada y por qué?
  • ¿Quién se siente orgullosa y por qué razón?
  • Menciona cada una de las emociones que aparecen a lo largo del cuento. ¿Qué personaje la experimenta? ¿Por qué?

El disgusto de Celia, al inicio del cuento, puede ayudarnos a iniciar una conversación sobre cómo los niños reaccionan cuando se enfadan y sus consecuencias.

  • ¿Te parece normal que Celia se disguste al ver que su escoba se ha roto?
  • Ahora imagina que a ti se te rompe algo que valoras muchísimo. ¿Cómo reaccionarías?
  • No siempre se reacciona igual. Indica otras dos formas de actuar ante algo que nos causa frustración o disgusto.
  • Califica cada reacción que has señalado como positiva o negativa. Luego explica por qué.
  • Cuando te has sentido disgustado o disgustada por algo, ¿cómo lograste que se te pasara el enfado?

El orgullo que siente Agripina puede ayudarnos a conversar sobre aquello que a los niños los hace sentir orgullosos de sí mismos. Cuando nos sentimos orgullosos de ser como somos, aumenta nuestra AUTOESTIMA, y esto es algo muy positivo. También es importante discernir entre el orgullo positivo y el negativo: aquel que implica dañar a otros.

  • Agripina se siente orgullosa de su escoba. Y tú, ¿de qué te sientes orgulloso u orgullosa?
  • ¿Crees que el orgullo siempre es algo positivo o a veces puede dañar a otras personas? Da un ejemplo.

Es muy positivo explicar a los niños el valor de gestionar las emociones. Controlar una emoción no significa reprimirla, sino evitar que nos domine para tratar de dar una respuesta adecuada en cada momento. Esto es lo que hace el personaje de Celia: se contiene, se aguanta, y CONTROLA su mal humor para evitar consecuencias negativas: provocar malestar o que la expulsen de la carrera.

  • Celia está muy enfadada, pero se aguanta para no darle un escobazo a Agripina. ¿Qué habrías hecho tú en su lugar?
  • Imagínate que Celia no se controla y golpea a Agripina con la escoba… ¿Qué crees que habría pasado?
  • ¿Crees que controlar una emoción, como Celia, es algo positivo? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
  • ¿Alguna vez te enfadaste, como ella, y tuviste ganas de ser agresivo o agresiva, pero no lo fuiste? ¿Por qué?
  • ¿Hay alguna situación que te pone de mal humor? ¿Qué haces para superarla?

En el cuento, Agripina hace trampas para impedir que Celia gane la carrera. Comentad con el niño o la niña que hacer trampas no es una actitud ética ni valiente. Es de cobardes. Sin embargo, algunas personas hacen trampas porque su único objetivo es ganar y no se conforman con participar y pasarlo bien.

  • ¿Por qué crees que Agripina hizo trampa?
  • ¿Qué opinas de su forma de actuar en la competición? ¿Fue correcta? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
  • Y tú, ¿has hecho trampas alguna vez? ¿Cuándo? ¿Cómo te sentiste?

Cuando el dragón coge a Celia entre sus fauces, Celia está «aterrorizada». Comentad con los niños que esta palabra forma parte de la familia del «miedo», y que en esta familia hay palabras que expresan una menor y una mayor intensidad de esta emoción. Es decir que las emociones se pueden experimentar con diferentes gradaciones.

  • Haz una lista con tres cosas que te dan un poquito de temor, otra con tres cosas que te dan miedo, y una más con tres cosas que te aterrorizan.
  • «Temor», «miedo» y «terror» son palabras que forman parte de la familia del miedo. ¿Conoces otras palabras que formen parte de esta familia? ¿Cuáles?
  • Ahora ordénalas de menor a mayor, según cuánto te hagan sentir: primero aquellas que expresan una pequeña emoción de miedo hasta aquellas que expresan mucho miedo.
  • ¿Sabes algún truco que te ayude a detener el miedo o a controlarlo? ¿Cuál?

Cuando sentimos miedo, a veces nos quedamos paralizados y sin reacción. Sin embargo, en el cuento, a Celia se le ocurren varias ideas para defenderse del dragón. Es importante autorregularse para no dejar que emociones como el miedo nos impidan pensar y actuar positivamente. Conversad al respecto con los niños.

  • Alguna vez, cuando sentiste miedo, ¿te quedaste paralizado y sin saber qué hacer? Cuenta lo que sucedió…
  • En otra ocasión, por el contrario, ¿fuiste capaz de dominar tu miedo y se te ocurrió una buena idea para superarlo? Cuenta lo ocurrido y la idea que tuviste.

Como a todo lector, los cuentos nos hacen sentir emociones. El final de esta historia provoca sorpresa, porque, pese a todos los factores en contra, Celia gana la carrera. Incluso Agripina se queda muy asombrada. Hablad con los niños sobre la razón de esta sorpresa y el final del relato. También sobre la felicidad que experimenta Celia al ganar la carrera.

  • ¿Te esperabas que las cosas terminaran así para Celia o te sorprendió el final de la historia? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?
  • ¿Alguna vez sufriste tantos contratiempos como ella, pero al final lograste tu objetivo? ¿Cómo te sentiste?
  • Señala tres cosas que te hacen sentir feliz.
  • ¿Se te ocurre algún otro final sorprendente para este cuento? Dibuja la escena e invita a otros a interpretarla.
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En el interior del cuento encontrarás más actividades de la autora para que los niños practiquen su comprensión lectora mientras leen.

Debemos educar las emociones de los niños desde bien pequeños, teniendo en cuenta que no podemos evitarlas, pero si podemos aprender a gestionarlas y expresarlas de forma adecuada. Este es el propósito de la educación emocional.

Pero… ¿qué es una emoción? En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la emoción se define como «una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática». En definitiva, es una reacción que experimentamos las personas como respuesta a un estímulo, externo o interno, que nos impulsa a actuar de un modo diferente. Nacemos con algunas emociones primarias básicas, que ya sentimos dentro del útero: alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa y asco; y más adelante incorporamos otras emociones llamadas secundarias, por influencia del entorno, como, por ejemplo, la envidia, los celos, la culpa, etcétera. Sentimos emociones, es inevitable; y estas emociones, además, tienen funciones adaptativas importantes y diferenciadas. Pero debemos educarlas para tener una vida más plena.

La educación emocional se define como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional del individuo, como complemento indispensable de su desarrollo cognitivo, con el objetivo de capacitarlo para afrontar mejor los retos de la vida y aumentar su bienestar personal y social.

Este tipo de educación aporta herramientas que previenen conductas de riesgo y, a largo plazo, se asocia con el éxito personal, profesional, la salud y la participación social, según numerosas investigaciones realizadas en Estados Unidos, España y Reino Unido. Una buena educación emocional debería centrarse en las principales competencias de la inteligencia emocional. Cada una de estas competencias puede subdividirse en diferentes habilidades, que requieren de la práctica para su desarrollo. Conviene señalar que estas competencias no son cualidades innatas, sino habilidades aprendidas; y que cada una de ellas aporta una herramienta básica para potenciar la eficacia. Goleman utiliza el término «analfabetismo emocional» para designar la carencia de estas habilidades; y subraya la importancia de comenzar a educar las emociones desde la infancia.

Las principales competencias de la inteligencia emocional, y sus respectivas habilidades, son las siguientes:

1.º CONCIENCIA EMOCIONAL: Capacidad para darse cuenta y comprender el propio estado emocional, y expresarlo. Implica: ser consciente de las propias emociones, identificarlas correctamente y ponerles nombre, y comunicarlas tanto de forma verbal como no verbal. Conocer las causas que provocan una emoción es también un elemento importante para el desarrollo de esta competencia.

2.º REGULACION EMOCIONAL: La gestión o regulación emocional es la capacidad de controlar y encauzar adecuadamente las emociones y los impulsos perturbadores. Podemos comunicar todo tipo de emociones, no es adecuado reprimirlas, pero debemos expresarlas de forma adecuada, sin dañar a nadie, ni a los demás ni a uno mismo. Si las reprimimos, el cuerpo empieza a responder a esa tensión interior con diferentes síntomas, y se produce una implosión, pero si las expresamos de forma inadecuada se produce una explosión emocional y podemos perturbar o lastimar a los demás con nuestras palabras, actitudes o conductas. Esta capacidad para regular los impulsos y las emociones, y expresarlas de forma adecuada implica: conocer estrategias de autocontrol emocional, aprender a expresar de forma adecuada las emociones, demorar la gratificación y gestionar la frustración.

3.º AUTONOMIA EMOCIONAL: Son un conjunto de habilidades y características relacionadas con la autogestión emocional, cuyo objetivo es evitar la dependencia emocional. Implica el desarrollo de la autoestima, la automotivación y una actitud positiva y optimista. Las personas debemos establecer vínculos emocionales con otras personas para sobrevivir. La vinculación afectiva es la capacidad humana de establecer lazos con otros seres humanos, que se construyen y se mantienen mediante las emociones. Por eso, uno de los objetivos de la educación emocional es lograr que el desarrollo emocional sea cada vez más autónomo. Es decir, que podamos relacionarnos y vivir sin sumisión afectiva con respecto a los demás.

4.º COMPETENCIA SOCIAL: Esta competencia supone la capacidad de reconocer las emociones en los demás y mantener buenas relaciones interpersonales. Hace referencia a habilidades sociales que mejoran nuestra integración social y el aprendizaje de las reglas sociales de expresión emocional. El saber practicar estas reglas con naturalidad constituye una muestra de inteligencia socioemocional que facilita la aceptación y la confianza del entorno. Implica: desarrollar la capacidad para comunicarse, comenzando por aprender a escuchar, ser empático, comunicarse de forma asertiva y resolver conflictos.

A través de los cuentos se puede llevar a cabo una buena educación emocional y mejorar el nivel de inteligencia emocional de vuestros hijos o alumnos. Realizar actividades relacionadas con la lectura, mejorará las competencias de los niños para comprender, expresar y regular su mundo emocional y el de los demás. Así mismo puede servir de pretexto para un diálogo después de la lectura, algo que también potencia su desarrollo emocional.